Carta Graciela Navarro Y Reseña Lolo

Queridos Susana, Juan.......todos

Ha sido para mí una emoción muy grande el encuentro de los cincuenta años de graduados. Gracias por haberme invitado, fue muy emotivo y un paseo por la historia de mi vida, de cuando éramos estudiantes, de una juventud que siempre estará vívida.. Muchas caras queridas, antiguos amigos de Lolo. En especial el reencuentro con José María, entrañable amigo nuestro, que por las distancias y la vida misma habíamos dejado de frecuentarnos. 
Me encanta estar incluida en el grupo y voy ya a ver las fotos cargadas en los blogs.
Gracias a los incansables Susana y Juan, a la generosidad de los Parodi, anfitriones increíbles y a todos los que se acercaron con hermosas palabras y recuerdos de mi querido Lolo.
Un fuerte abrazo

Graciela Navarro.


Reseña: Doctor César Daniel Rodríguez Ferrari


 Nació en Buenos Aires el 31 de diciembre de 1941 aunque fue inscripto el 2 de enero

del año 1942.

Estudió con los hermanos maristas en el colegio Manuel Belgrano, durante 13 años de

su vida y en el año 1960 ingresó a la Universidad del Salvador, en la carrera de Medicina,

integrando el grupo de 50 alumnos que obtuvieron el mérito de ingresar, sobre 500

postulantes.

En el segundo año de la carrera y hasta el final de la misma obtuvo una beca al

mérito, lo que le permitió continuar estudiando,  a pesar de ser hijo único y sin padre ( al que

prácticamente no conoció).

En el año 1966 obtiene el título de médico y en abril de 1967 comienza la residencia

en clínica médica y posteriormente en cardiología, en el viejo Hospital Rawson, de la ciudad

de Buenos Aires. En el año 1970 renuncia a la Jefatura de Residentes para integrarse al equipo

de hemodinamia del Sanatorio Güemes, especialidad que abrazó con fervor durante casi 20

años.

Al poco tiempo fue designado miembro titular de la sociedad Argentina de
Cardiología y mas tarde fue fundador de la Sociedad de Hemodinamia.   

En el año 1971 llega al país el Doctor René Favaloro y a César le tocó el privilegio de

integrar su equipo de hemodinamistas y disfrutar de su afecto. Es precisamente Favaloro

quien lo recomienda al Doctor Pedro Moguillansky, su amigo, quien en la ciudad de

Cipolletti, deseaba implementar un servicio de hemodinamia, en su Clínica Radiológica,

que para entonces era modelo de excelencia en el país y en el mundo. 

Ya casado con Graciela Navarro, no dudaron un instante en explorar la posibilidad

ofrecida y fue así que hicieron la primera visita en enero de 1973 para finalmente instalarse el

20 de junio de ese mismo año. Los meses que transcurrieron entre enero y junio fueron de

 arduo trabajo para armar lo que fuera el Instituto Cardiológico del Sur, el que formó junto a

los doctores César Carreño y José Boyer, institución que se convirtió en una verdadera

impulsora de la cardiología de la región.

Los primeros estudios hemodínamicos periféricos y del corazón, la primera unidad

coronaria y terapia intensiva de la región, el primer centro de ergometría, la introducción del

marcapaso, los primeros ecocardiogramas y posteriormete la primer angioplastía ( no

coronaria) que se realizó en el país, fueron algunos de los aportes que realizaran desde este

Instituto y desde la sala de hemodinamia de la Clínica del Doctor Moguillansky.

Lolo, como lo llamaba todo el mundo fue un apasionado del deporte. El había

disfrutado de varios deportes en su juventud pero en Cipolletti se lo recordará por su

dedicación a la natación. Conjuntamente con un desconocido entrenador del Club de YPF,

Paza Huincul, constituyeron un equipo que supo desarrollar un programa de natación que

llevó al Club Cipolletti a figurar en la región y se generaron nadadores que fueron podio a

nivel nacional y latinoamericano. Ese desconocido entrenador era nada menos que Orlando

Moccagata, el que llegó a ser entrenador del equipo nacional y del conocido José Meolans.

Como pionero fue impulsor de diversas asociaciones como la Asociación Médico

Científica de Rio Negro y Neuquén y de la sociedad de Cardiología de Río Negro y Neuquén.

Amante de la pesca y los deportes disfrutó sin restricciones las opciones turísticas de

la región, tanto de la cordillera como del mar. Buceaba, pescaba, esquiaba......hasta que el 29

de enero de 1989 un absurdo accidente lo dejó cuadripléjico.

Actividades después del accidente

Durante 2 años luchó por su vida y su rehabilitación. Luego decidió que la vida

continuaba y que aún con limitaciones tenía mucho para dar.

Se unió a un grupo de médicos y crearon la Fundación Médica del Sanatorio Rio

Negro, que llegó a nuclear más de 100 profesionales. Dirigió y produjo la Revista de esa

Fundación.

La Universidad Nacional del Comahue, a través de su entonces Rector el Licenciado

Pablo Bohovlasky,  requirió sus servicios encargándole la realización del Estudio de

factibilidad de la carrera de medicina y posterior formulación del plan de estudio. Carrera que 

finalmente fuera implementada y cuyo diseño se destacó por su innovación y articulación

académica-comunidad, así como el perfil del médico que buscaban formar.

Producto de su espítiru inquieto y perfeccionista, fue construyendo su nueva

orientación hacia la educación superior y durante 2 años y medio cursó la Maestría en

Educación Superior en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional

del Comahue, entre los años 1995 y 1996 .

Un importante laboratorio extranjero le encargó la confección de una base de datos de

todas las residencias médicas del pais para lo que tuvo que conectarse con las diferentes

provincias y la ciudad de Buenos Aires y conformar una red de información para la

confección de fichas técnicas y evaluativas de este sistema nacional.


 Finalmente toda su energía la volcó en CAPACITAS INNOVACIONES

EDUCATIVAS, dónde pudo desarrollar un proyecto de nivel superior, junto a su familia y

dedicarse a la docencia, encontrando la manera de volcar a los jóvenes sus conocimientos y

experiencias,  obtenida a través de viajes y lectura minuciosa. Lo que en su juventud fue un

hobbie luego se transformó en una pasión que pudo y supo compartir con  los demás.

 Para entonces, además de generador de proyectos de la Institución y secretario

académico, profesor de Historia de la Cultura en la carrera de Bibliotecología y de

Recursos Culturales en la carrera de Hotelería.

Toda su vida fue un cultor de la buena comida y del buen vino, por lo que, en

CAPACITAS, en la carrera de gastronomía encontró un estímulo adicional a su trabajo,

transfomándose en un admirador e impulsor de las innovaciones en la formación de estos

recursos humanos.

Fue incansable en la generación de proyectos tales como el Restaurante Escuela y la

Empresa de Eventos, la que no pudo implementar porque se fue antes, cuando su cuerpo,

tremendamente castigado y disminuido,  se agotó y le dijo fin, el 15 de octubre de 2003.

Habían pasado casi 15 años desde el accidente que cambió su vida y la de toda su

familia. Se construyó una nueva vida y supo disfrutarla, llevando su cruz con alegría.

Como dijo el doctor Hernán Calvo en su nota de despedida “ el cuerpo le

quedó chico para contener tanta energía”.

Dejó una familia que nunca lo olvidará, amigos, obras y tantas anécdotas que en su

despedida final fue un sin fin de recuerdos que mantuvieron viva su presencia.

Como los egipcios y etruscos, en su ataúd lo acompaña un álbum confeccionado por

su hijo Nahuel (con quien compartía la pasión por la historia) donde múltiples fotos dan

testimonio de su paso por esta vida y de todos sus grandes afectos.
            El Rectorado de la Universidad Nacional del Comahue, según resolución del Consejo Superior, impuso el nombre de César Daniel Rodriguez Ferrari a la Facultad de Medicina de esa Universidad en reconocimiento a su impulso y creación.

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