Blas Tadeo Cáceres
Organizador y principal sostén de la Feria
del Libro de Comodoro Rivadavia durante siete años, con la presencia de
importantes figuras nacionales de las letras.
Mención especial de la Embajada de España en Paraguay ( patria de su
nacimiento) por su novela.
Se dedicó a sus pacientes con una entrega incondicional que no sabía de
fatigas. Su guía, la compasión, " sufrir juntos", comprendiendo y
compartiendo el sufrimiento de otro ser. No trabajó de médico, era médico.
Muy querido y reconocido por la comunidad, una calle de la ciudad
llevará su nombre.
Tres meses antes de morir presentó una novela, " Narrador, narrador",
ante la presencia de un público afectuoso, amigos, pacientes, vecinos que
homenajeaban así su trayectoria de hombre de bien.
La
mejor forma de recordarlo: ternura, sensibilidad y generosidad eran su carta de
presentación. Intenso y apasionado como médico y como escritor.
Pero
en verdad, su mayor orgullo fue tener una familia amorosa, unida y leal, hijos,
nietos, yerno, nueras, que estuvieron siempre junto a nosotros alrededor de la
mesa familiar.
Una
aljaba sobre mi escritorio, una rosa acostada sobre la mesa de la cocina, una
nota romántica. Así era él. Tuvimos la dicha de estar mucho tiempo juntos. Un
profundo amor y una larga amistad de complicidades compartidas. Vivimos con
plenitud.
Les mando unos
versos suyos.
NUDOS
Cae la tarde, y
nochebuena se aproxima
con su carga de
voces.
Alguien construyó
para mí
un sólido
escritorio de troncos
y aqui
estoy, de cara a la montaña
mano y
papel, en el pupitre
como en la
escuela, pero hoy
ya no
tengo maestra
ni
compañero alguno.
Es un buen
lugar para rendir examen
de cuanto
he aprendido en estos años
( cuarenta
y más, me sopla en el oído
cierta
molestia agazapada )
y sé
como empezar: la vida
no
es una calle recta, zigzaguea
se
pierde la senda en arenales
o en
sórdidas marismas, tantas veces.
La
primer tarea es fácil: haces nudos
y
amarrarse al amor, a la familia
al poder
del dinero, o al trabajo.
La segunde
es más difícil, desatarse
desprender
los miembros poco a poco
atravesar
los agujeros de la red
con el
cuerpo cansado y grueso
al
compás de un tiempo que no alcanza.
También se aprende a hablar
con
ciertos signos que se olvidan pronto
y
uno se vuelve huraño, para entonces
la
soledad acecha
la
cama se vuelve grande y fría
en
las noches el hombre se acurruca
sobre sí mismo, protege su calor
la
breve llama que le queda
Vos verás si hay tiempo
para leer el poema. Un beso para todos y que la reunión sea muy buena. Un
cariño especial para vos. Betty
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